Siempre es buen día para disfrutar de un gazpacho, pero si encima es 21 de julio, y es el Día Internacional, ¡no puedes decir que no!
Junto con el salmorejo, es un plato muy popular cuando las temperaturas aprietan, porque es fresquito y, ¿a quién no le apetece en verano algo muy sabroso, nutritivo y que, además, refresque?
El origen del gazpacho
El gazpacho es una sopa fría tradicional de la cocina española. Su origen se remonta a la época de Al-Ándalus, la parte de la península ibérica bajo dominio musulmán entre los siglos VIII y XV. Durante este período, se consumía una mezcla similar de pan, vinagre y aceite de oliva, a la que más tarde se añadirían tomates y otros ingredientes que conocemos hoy en día.
Los primeros gazpachos era una especie de sopa fría de pan que se consumía especialmente en los calurosos meses de verano para aprovechar ingredientes simples y baratos. Esta mezcla básica de pan, aceite, vinagre, agua y ajo servía como alimento energético y refrescante para los campesinos y jornaleros. Esta receta base se conocía como «gazpacho blanco», y no incluía tomates ni pimientos, ya que estos ingredientes no eran conocidos en Europa hasta después del descubrimiento de América.
La versión moderna del gazpacho, con tomate como ingrediente principal, se consolidó en el siglo XIX con la llegada de tomates provenientes del Nuevo Mundo. Los tomates, introducidos en Europa tras el descubrimiento de América en el siglo XVI, no se integraron inmediatamente en la gastronomía europea. Fue con el tiempo, y particularmente en el siglo XIX, cuando el tomate se convirtió en un ingrediente básico del gazpacho andaluz. Desde entonces, el gazpacho ha evolucionado y se ha popularizado hasta convertirse en un plato icónico de la gastronomía española y extender su consumo a muchas partes del mundo.
Es cierto que los amantes incondicionales de esta sopa fría la consumen a lo largo de todo el año, pero en estos días son muchos los que se suman al club de fans. Recetas de gazpacho hay muchas, tantas como cocinillas, y todo el mundo aporta su toque y adapta los ingredientes a su gusto o a la temporada del año en la que se esté preparando. Pero más allá del «con mucho ajo o con poco», hay que destacar que para que un gazpacho sea espectacular, lo verdaderamente importante es el tomate. Hay quien dice que el más adecuado es el tomate de pera, aunque para nosotros, un gazpacho es perfecto si los tomates son de la huerta y, como no, de nuestra tierra.
¡La receta perfecta!
Para esta mezcla de tomate, pimiento, pepino, ajo, pan, sal, aceite y vinagre, no hace falta tener mucha maña en la cocina, solo ponerle ganas y utilizar unos ingredientes de calidad para obtener el mejor sabor. Para identificarlos te damos una pista clave: deben llevar nuestro corazón amarillo.
Como lo más probable es que de tanto hablar de gazpacho te hayan entrado ganas de comerlo, desde Tierra de Sabor te compartimos la receta tradicional de cómo prepararlo, ¡toma nota!
Ingredientes (todos de Tierra de Sabor para un resultado inmejorable)
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- 30 ml de vinagre
- 1 kg de tomates rojos
- 1 diente de ajo
- 150 g de pan blanco (un trozo)
- 1 pimiento verde grande
- 1 pepino
- Un pellizco de sal (esto al gusto) y agua como ingrediente opcional
Preparación
- Coloca todos los ingredientes en la batidora o en un bol grande, y después echa el aceite de oliva virgen extra, el vinagre y la sal. Tritura todo hasta que te quede una salsa líquida.
- Pasa esta salsa a un colador para retirar los posibles trozos de piel y pequeñas pepitas que hayan quedado, para que te quede un resultado lo más fino posible.
- Finalmente, solo queda meterlo en la nevera y esperar a que se enfríe para después de un par de horillas, ¡disfrutar de él!
¿A qué esperas? ¡Ya tienes receta para comer hoy!