Al llegar a Pedraza (Segovia) se respira el encanto de la sencillez que encierra la villa amurallada que nos traslada directamente al medievo. Palacios y casas nobles cuyos blasones recuerdan a épocas pasadas. La calma y la tranquilidad nos envuelven al atravesar su Puerta Medieval, único acceso a esta fortificación que guarda siglos de historia. La Barbacana, que una vez funcionó como cárcel, las imponentes murallas que protegen sus recintos, y el antiguo pozo de las Hontanillas, todo ello contribuye a crear una atmósfera única de otro tiempo. Tanto es así que algunos la hacen llamar la “Villa medieval de Segovia” y es que se trata de uno de los pueblos medievales mejor conservados de España.
Su castillo nos transmite una época de abolengo que se mantuvo durante siglos, ni más ni menos que desde el siglo XIII al siglo XVI. Si tu debilidad es el arte, encontrarás en una de las torres restauradas por Ignacio Zuloaga retratos de los vecinos de Pedraza y sus paisajes en el mismo lugar donde se sitúo un taller textil que una vez floreció en este lugar. Además, hoy hay un Museo en una segunda torre con obras tan interesantes como “la condesa de Baena” de Goya, el “Cristo” del Greco, entre otras joyas artísticas que enriquecerán esta experiencia cultural.
Caminar por las estrechas calles empedradas y observar los blasones que adornan las paredes nos conecta con la nobleza que una vez dominó los campos segovianos de Pedraza, cuya riqueza se debió en gran parte a la cría de ovejas merinas y al Concejo de la Mesta. Este esplendor trascendió fronteras, con talleres pedrazanos abasteciendo ciudades tan lejanas como Brujas y Florencia.
La Calle Real nos lleva hasta una presumida plaza mayor porticada, que sorprende por su estructura, centro neurálgico de la villa desde donde disfrutar de unos días de evasión con los mejores manjares de una tierra, que ha sido declarada Villa Tierra de Sabor. Gastronomía que embelesa a los que prueban la dulzura segoviana y el pan artesano de su Tahona. O se escapan para degustar el suculento cochinillo segoviano. ¡Una experiencia culinaria inolvidable!
La hospitalidad de sus habitantes, los rincones impregnados de historia y el entorno natural que rodea a la villa medieval de Pedraza, todo ello aguarda al visitante con los brazos abiertos.
Curiosidades de Pedraza
La villa cobra vida durante los «Conciertos de las Velas«, celebrados cada primer y segundo sábado de julio (en 2016 la tradición cumplió ya 25 años), donde la música y las velas iluminan las antiguas calles. Además, no te puedes perder el singular Certamen de Dulzainas, que añade un toque aún más especial a esta experiencia única.
No dejes de explorar otros lugares cercanos como La Granja, Sepúlveda, Turégano o el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón, cada uno merecedor de una visita por su propia belleza y encanto.
Desde su declaración como Conjunto Monumental en 1951 hasta su reconocimiento con los premios «C» de Turismo de Castilla y León en 1993 y el premio Europa Nostra en 1996, Pedraza sigue cautivando a todos quienes la visitan con su historia viva y su autenticidad medieval.
Un rincón “de película”
Pedraza, con su ambiente medieval y su autenticidad intacta, ha sido un escenario codiciado para numerosas producciones cinematográficas y televisivas. La villa ha servido de telón de fondo para películas como «Así en el cielo como en la tierra» (1995) de José Luis Cuerda o Blancanieves (2011) de Pablo Berger, entre otras, donde su arquitectura histórica y su atmósfera de época proporcionan el marco perfecto.
Además, series como «Águila Roja», «Toledo», «Isabel La Católica» y «Treinta monedas» han encontrado en Pedraza el lugar ideal para recrear episodios clave de la historia de España o añadir un toque de misterio y fantasía.