
Contacto
Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León
calidadalimentaria@itacyl.es
983 41 03 60
983 41 03 64 (Fax)
Ctra. de Burgos, Km. 119 (Finca Zamadueñas), 47071 Valladolid
La IGP Vino de la Tierra de Castilla y León ampara una amplia gama de vinos elaborados en una zona de gran altitud, marcada por un clima entre continental y mediterráneo. Esta diversidad, unida a siglos de tradición vitivinícola, da lugar a vinos con fuerte identidad y un carácter propio que distingue a esta región como una de las más reconocidas de Europa.

Zona de producción
La zona de producción abarca la totalidad de los municipios de Castilla y León, una de las regiones vitivinícolas más extensas y reconocidas de Europa.
Lo que la hace única
La singularidad de la IGP Vinos de la Tierra de Castilla y León nace de la combinación de factores naturales —clima exigente, gran altitud y suelos diversos— y el saber hacer de viticultores y bodegas que han sabido unir tradición y tecnología para lograr vinos auténticos, diversos y representativos de la región.
Las variedades autóctonas, como Verdejo, Godello o Prieto Picudo muestran una excelente adaptación al medio y permiten elaborar vinos diversos y de gran autenticidad.
Estos son los estilos amparados:
-
Blancos jóvenes: frescos, afrutados y con presencia destacada en boca.
-
Rosados (especialmente con Prieto Picudo): con cuerpo, viveza y, en algunos casos, una agradable aguja natural.
-
Tintos: estructurados, potentes y con capacidad de envejecimiento gracias a una maduración lenta.
-
Espumosos: elaborados por el método tradicional, con carácter fresco y complejo..
-
Vinos de aguja: frescos y vibrantes, con elaboración tradicional muy arraigada.
-
Vinos de licor y de uva sobremadura: intensos, con matices oxidativos y alto grado alcohólico.


¿Sabías que…?
Entre finales del siglo XX y comienzos del XXI el viñedo de Castilla y León vivió una transformación clave. Las plantaciones se concentraron en zonas con mayor potencial enológico y se consolidaron nuevas denominaciones de origen orientadas a garantizar la excelencia del producto final. Al mismo tiempo, se impulsó el cultivo de variedades autóctonas como Verdejo, Tinta del País, Tinta de Toro, Tinto Fino, Prieto Picudo, Mencía, Rufete o Juan García, que hoy son emblemas de calidad y adaptación al medio.
