¿Mar o piscina? ¿Playa o montaña? Son dos preguntas bastante típicas en esta época del año, que seguro que alguien te ha hecho ya… Si tu respuesta es “lo que sea pero que me pueda dar un chapuzón”, la oferta de piscinas fluviales de nuestra provincia te interesa.
Estos tesoros naturales ofrecen una experiencia única y divertida para pasar un día diferente con tu familia o amigos. ¡No hay nada como estar entre la naturaleza y al mismo tiempo refrescarse!
Eso sí, antes de zambullirte en el agua, varios consejos: respetad las medidas de seguridad y las indicaciones sobre las posibilidades o no de darte un baño.
Y si eres de los valientes que finalmente da el paso, ¡ánimo! porque las temperaturas de sus aguas, en la mayoría de los casos, te refrescarán bien bien. Algunas incluso, te ‘helarán’, ¿preparado?
Desde Tierra de Sabor te contamos donde puedes encontrar estas piscinas naturales por los entornos de Castilla y León, ¡allá vamos!
- Arenas de San Pedro, Ávila. Son el lugar perfecto para familias con niños pequeños, ya que una tiene 50 cm de profundidad, y la otra, dos metros. Se encuentran a tan sólo 1 km del municipio de Arenas de San Pedro. Su agua está tan limpia y cristalina que no te resultará difícil ver cómo a tu alrededor nadan las truchas.
- Espinosa de los Monteros, Burgos. Al paso del río Trueba por la ciudad, se forma una piscina fluvial, que esconde un secreto que tienes que conocer antes de zambullirte en sus aguas: siempre están frías, por no decir heladas, ya que bajan directamente de los montes de la Cordillera Cantábrica.
- Piscina fluvial de Vega de Espinareda, León. Esta playa fluvial, junto al puente romano, en el cauce del río Cúa, es una de las más grandes de toda la comarca de El Bierzo. Tiene una pasarela de madera para acceder a la zona y una gran zona verde donde poderse relajar y tomar el sol.
- Piscina en Covalagua, Palencia. Aquí nace el río Ibia, que discurre por unas maravillosas cascadas hasta llegar a una balsa regulada que hace de piscina natural, con agua cristalina de color verdoso. Un aviso: el agua está fría, pero que muy fría.