¿Sabías que las andanzas de la D.O. Toro se remontan al descubrimiento de América? Decía Oscar Wilde que “el único deber que tenemos con la historia es reescribirla”, y qué razón tenía el escritor irlandés para describir una actitud objetiva y contemplativa con el tiempo que nos precede. Uno de esos hitos sobre los que se han escrito kilómetros de pergamino es el descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón. Pero lo que seguro que no sabías es que el primer vino que viajó con él hasta el Nuevo Mundo fue un tinto de la Denominación de Origen Toro.
La historia de la D.O. Toro
La historia de la D.O. Toro nos sumerge en una travesía apasionante que tiene sus raíces en el siglo XV. Fray Diego de Deza, nacido en Toro en 1443, desempeñó un papel crucial en los eventos que llevaron al descubrimiento de América. Este ilustre personaje, arzobispo de ciudades como Zamora, Salamanca y Palencia, además de confesor de la Reina Isabel la Católica, se erige como una figura clave en la conexión entre Colón y los Reyes Católicos. Muchos historiadores sostienen que fue el intermediario determinante que logró materializar el viaje que cambiaría la historia para siempre con la entrada de la Edad Moderna.
D.O. Toro, el vino que descubrió América, nos lleva a explorar la intrincada red de influencias de Fray Diego de Deza. No solo se limitó a asegurar el éxito de la expedición, sino que también desempeñó un papel esencial para garantizar que las bodegas de las carabelas emblemáticas (la Niña, la Pinta y la Santa María) estuvieran provistas del excelente vino de la D.O. Toro. La anécdota adicional de que Fray Diego fue el encargado de bautizar a La Pinta, en referencia a una medida de capacidad empleada en la localidad zamorana, simbolizando un trago de vino, agrega un toque pintoresco y cultural a esta historia fascinante.
En aquel momento histórico, el valor del vino de Toro se encontraba en su graduación alcohólica y corpulencia, cualidades que lo convertían en un vino resistente y perfecto para el transporte a ultramar, como la expedición a América liderada por Colón. Aunque no se disponga de detalles detallados ni «notas de cata» de este evento, se puede afirmar con certeza que el vino de la D.O. Toro fue un aliado indispensable para calmar la sed y alegrar a los tripulantes en tan largo viaje.
A día de hoy, la D.O. Toro se erige como una de las mejores regiones vitivinícolas del mundo, gracias a la personalidad inconfundible y la alta calidad de sus vinos. Un vino que no solo conquistó América en sus inicios, sino que ha logrado enamorar a muchas otras personalidades de ámbito internacional. Entre ellos, hombres de letras como Oscar Wilde, quien afirmó que “cualquiera puede hacer historia; pero sólo un gran hombre puede escribirla”. No obstante, nos permitimos matizar su afirmación en este caso: la historia la escribe un gran vino, el de la D.O. Toro, cuya trayectoria está impregnada de tradición, influencia cultural y calidad excepcional.
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